En septiembre, fuertes olas de calor azotan Brasil, especialmente Foz do Iguaçu. Estos días de calor afectan a los animales que no están adaptados a vivir en lugares con temperaturas tan altas, perjudicando sus funciones físicas y psicológicas. Para evitar el estrés de los animales, el Ecoparque puso en marcha algunas medidas alternativas, con las que pretendía proporcionar comodidad a los animales mediante el enriquecimiento ambiental en los días calurosos.
En el tanque de inmersión, las aves se bañaban rociándolas con agua. Las aves, a diferencia de los humanos, no sudan para regular su temperatura corporal, así que aprovechaban este momento para aliviar el calor. También disponían de agua fresca para beber a lo largo del día.
Además de las aves del vivario, algunos animales de la minigranja también disfrutaron de un baño con manguera para refrescarse. Las avestruces, las llamas y las vacas de Jersey también aprovecharon este enriquecimiento para regular su calor corporal.
También se ofrecieron alternativas al baño, como helados de fruta y verdura para los conejos gigantes y las cobayas. Se eligieron los helados como enriquecimiento ambiental para estos animales porque el baño puede causarles posibles enfermedades o irritaciones en la piel. Según la bióloga Anna Cecília, especializada en bienestar animal, los polos ayudan a refrescarse y también contribuyen a una experiencia sensorial. Los animales dedican más tiempo a la actividad y crean estrategias para llegar a la comida. También es una forma de aumentar el consumo de agua.